La crisis económica nos asedia por los cuatro costados. Televisión, familiares, prensa... todos hablan de ella. Por suerte, en el aparatado laboral no me ha afectado todavía, ni el de nadie cercano a mí.
La gente deja de jugar a Warhammer, ¿y qué pasa con esas personas? ¿Desaparecen? Muchos de ellos si. Estudios, trabajos, parejas, hacen que algunos abandonen todo esto. Entonces multitud de juegos surgen para cubrir el (todavía pequeño) hueco dejado por el todopoderoso Warhammer, y ninguno de ellos termina de despegar. Los aficionados se disgregan en esa multitud de juegos. Muchos dejaran el hobby. El caso es que intentas organizar un torneo y raro es el juego (excepto Warhammer todavía, y el omnipotente Magic) en el que se reúnen más de diez personas. Alguien se atrevió a hablar con voz baja de DBA, de Flames of war… Pero pese a ser grandes juegos, y ser defendidos por profetas foriles a capa y espada, diciendo que poseen un gran número de seguidores, la triste realidad es que a día de hoy no llegan ni al primer escalón del trono de Games Workshop. Lo mismo pasa con otros tantos juegos de escaramuzas, de miniaturas prepintadas… Todos tienen un escaso seguimiento, por mucho que se empeñen algunos.
Y entonces, a los que nos gustan los juegos como aquel Warhammer, con torneos, foros, afición, movimiento… ¿Qué nos queda?¿Olvidarnos del tema?¿Seguir gastando en multitud de juegos para que estos cojan polvo en la estantería?¿Gastar nuestro tiempo (y a veces dinero) en intentar promoverlos?¿Investigar cada juego antes de comprarlo y proponerlo con tu gente, con el fin de que no sea otro fracaso? ¿Seguir hablando y terizando con nuestra gente y en los foros como si jugasemos cada dia, cuando en realidad hace años que no tocamos un dado? Pues bien, yo creo que he hecho todo de lo que he enumerado (menos lo de hablar y teorizar :P), y la única respuesta que tengo, es que cansa.
Tan solo un juego, que pese a que en realidad es más jugado que Warhammer, parece estar algo menospreciado por la comunidad wargamera electrónica, despierta para mi interés. Y ese juego es Blood Bowl. Es barato y me lo paso en grande jugando, además se siguen organizando grandes torneos.
Pero aun con ese pequeño soplo de aire fresco que es Blood Bowl, uno que no tiene la fortuna de las Koplovich, ni ganas de intentar convencer a gente, ni de hacer el trabajo que deberían hacer aquellas empresas que crean los juegos, decide parar y mirar mas allá del mundo de los dados y los juegos. Dejar un tiempo estos a un lado, y buscar hobbies, aunque suene raro decirlo (aunque no tanto para un friki xD), que no dependan tanto de una comunidad. Algo entretenido y friki, como no. Hay una posible opción, que es iniciar una colección.
Y así es como descubrí un mundo que parecía “no depender de una comunidad”, pero cuya comunidad era enorme. Una colección que empecé hace años, en mi infancia, pero ahora podría disfrutar abiertamente, comprando (siempre que la nomina lo permita) cuanto me guste, y complementándolo con mis dotes modelistas adquiridas con el ahora lejano Warhammer.
Así es como redescubrí el mundo de Playmobil, uno de los hobbies que a día de hoy (la constancia no es mi fuerte, no lo negare) ocupa mi tiempo de ocio. Hablare de él aquí, pero eso es otra historia… ;)
Y todo gracias a mi musa...
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